Introducción
Depresión es el nombre que comúnmente se asigna al espectro asociado con deterioros en la calidad de vida, así como a alteraciones en el funcionamiento mental, físico y social en los individuos. Actualmente, la depresión no es solo una de las principales causas de discapacidad alrededor del mundo, sino que, además, implica altos costos sociales debido, principalmente, a una ineficiente utilización de servicios de salud y pérdidas en productividad \citep{Zavala2018}. Por ejemplo, en México se ha estimado que las personas que padecieron algún trastorno grave de salud mental perdieron en promedio 27 días productivos y alrededor de siete días si la gravedad fue moderada \citep{Demyttenaere2004}.
Diversos estudios epidemiológicos han explorado la prevalencia de trastornos y episodios depresivos en México. En promedio, estos indican tasas de depresión que oscilan entre 10% y 20%. Sin embargo, estos cálculos pueden considerarse limitados, puesto que no toman en cuenta a las personas que jamás han sido diagnosticadas y a que existen inconsistencias semánticas e instrumentales para la medición de los síntomas depresivos \citep{Cerecero-García2020}.
Las causas de la depresión incluyen una compleja interacción entre factores psicosociales, genéticos y biológicos. Sin embargo, recientemente se ha encontrado que los pacientes con depresión presentan los componentes característicos de una inflamación \citep{Maes1991}. Esto ha dado origen a una teoría que sugiere que existe una asociación entre inflamación y depresión, la cual ha sido puesto a prueba en diversos estudios de corte clínico-experimental, principalmente. Pero, además, se ha observado que la relación entre inflamación y depresión podría ser bidireccional. Esto ocurre porque los comportamientos resultantes de un episodio depresivo, así como el estrés inherente a la condición, tienen el potencial de actuar como vías mediadoras que conducen a una mayor inflamación \citep{Beurel2020}.
El objetivo de este estudio es aportar al debate sobre la asociación entre los síntomas depresivos y los síntomas inflamatorios analizando una muestra de adultos mayores de 20 años extraída de la Encuesta Nacional de Salud y Nutrición 2018 en México (ENSANUT 2018). A diferencia de la mayor parte de la literatura existente, el análisis se realiza a partir de modelos econométricos. Específicamente, se considera como base un modelo del tipo logit ajustado al caso de encuestas con diseño complejo. El análisis de complementa utilizando un modelo de probabilidad lineal, el cual incorpora explícitamente la posibilidad de una relación bidireccional entre las variables consideradas.
No existe evidencia de estudios similares a este en la literatura. El más cercano es \citet{Zavala2018}, cuyos autores hacen uso de modelos del tipo logit para asociar la obesidad y los síntomas depresivos en México utilizando datos de la ENSANUT 2012. En ese artículo, se encuentra una asociación modesta entre ambas variables solo para el caso de las mujeres. De acuerdo con los autores, tal resultado podría deberse a la mayor exposición que tienen las mujeres a los medios de comunicación, tales como revistas y televisión, y a la tendencia que tienen de comparar sus cuerpos con los cuerpos supuestamente ideales. Al igual que \citet{Zavala2018}, en este estudio se incorpora a la obesidad como variable proxy de los síntomas de inflamación, pero también se incorporan otras tales como diabetes, hipertensión, enfermedades renales, entre otras. Otra diferencia es que en este estudio se elabora un índice de salud como variable proxy única para los síntomas inflamatorios y se construye otra variable de salud a partir de los factores heredo-familiares reportados en la ENSANUT 2018.
Los resultados del presente análisis apuntan hacia una asociación positiva entre depresión y síntomas inflamatorios. Esto puede tener importantes implicaciones en materia de política pública. Pero, además, los resultados apoyan la idea de que la identificación de los factores de riesgo relacionados con los procesos inflamatorios podría ser un medio efectivo para la intervención oportuna y eventual detección y atención de la depresión.
El resto del estudio es como sigue. Luego de esta introducción, se describen los datos utilizados y se detalla la metodología de análisis en la Sección \ref{737802}. En la Sección \ref{304683} se presentan los resultados y en la Sección \ref{626982} se hace una discusión de estos. Finalmente, se concluye en la Sección \ref{132148}.
Datos y metodología
La Figura \ref{273652} bosqueja la posible asociación entre depresión e inflamación. Esta asociación, como se ha mencionado, podría ser bidireccional. Por una parte, la inflamación puede ser una respuesta del sistema inmune a diferentes agresiones endógenas o exógenas, tales como enfermedades crónicas, alergias y mala alimentación, lo cual podría conducir a la depresión. Por la otra, los individuos que sufren de depresión suelen tener comportamientos que pueden conducir a una mayor inflamación, tales como el maltrato, el abuso y el aislamiento social. Lo anterior implica que el modelo estadístico que se propone en este estudio podría presentar serios problemas de endogeneidad.
Adicionalmente, es importante destacar que ni la inflamación ni la depresión pueden considerarse como enfermedades por sí mismas. Más bien, se trata de patrones que responden a la identificación de conjuntos de síntomas cuya fisiopatología sigue siendo estudiada y cuyo diagnóstico suele ser difícil \cite{Erazo2020}. Esto implica un reto adicional en la especificación del modelo, pues ni la inflación ni la depresión son directamente observables.