Características sociodemográficas

La Tabla \ref{tab:Resultados} muestra que la variable edad es estadísticamente significativa y el cociente de probabilidades de mayor que 1. Esto indica que la probabilidad de sufrir de depresión se incrementa con la edad. Cuando se considera el Modelo 1, por ejemplo, esto indica que cada año adicional de vida incrementa la probabilidad de sufrir de depresión en 1.4% para la población promedio. Por otro lado, el cociente para la variable de género es significativo y tiene un valor de 2.176. Esto indica que, en promedio, las mujeres tienen más del doble de probabilidades de sufrir de depresión con respecto a los hombres. 
Las variables regionales miden diferencias estadísticas en relación con los habitantes de la Ciudad de México. Los resultados de la Tabla \ref{tab:Resultados} indican que los habitantes de la región centro tienen 31.2% más probabilidades de sufrir de depresión, mientras que la probabilidad de sufrir de depresión es estadísticamente igual entre las regiones norte, sur y Ciudad de México. Los resultados también indican que, contrario a lo que se piensa, las personas que habitan en zonas rurales son más propensas a sufrir de depresión con respecto a las personas que habitan en zonas urbanas.

Síntomas inflamatorios

Cuando se consideran los factores individuales posiblemente asociados con los síntomas inflamatorios, resulta evidente de la Tabla \ref{tab:Resultados} que todos estos incrementan la probabilidad de sufrir de depresión. Por ejemplo, las personas con obesidad tienen un 23% más de probabilidades de sufrir de depresión en comparación con las personas dentro del rango de peso normal o saludable. Otros padecimientos, como la fatiga crónica, diabetes, hipertensión, enfermedades renales y los niveles altos de colesterol incrementan la probabilidad de sufrir de depresión en un porcentaje que oscila entre el 20% y el 60%, esto en comparación con las personas sin estos padecimientos. 
De la Tabla \ref{tab:Resultados} también se deduce que las personas con hábito de fumar son las más propensas a deprimirse. En particular, los resultados indican que las personas fumadoras tienen un 61% más de probabilidades de sufrir de depresión en comparación con las personas que no fuman o fuman muy poco. Asimismo, para la muestra considerada, no se encuentra evidencia estadística de que los niveles altos de colesterol estén asociados con la depresión.
Llama la atención la altísima asociación entre las enfermedades cardiovasculares y la depresión. Esto puede deberse al gran espectro de enfermedades agrupadas dentro de esta variable, las cuales van desde arritmias cardiacas no severas hasta ataques cardiacos potencialmente mortales. De igual forma, las enfermedades cardiovasculares son las más asociadas con la muerte, por lo que no parece extraño que un diagnóstico de enfermedad cardiovascular incremente la probabilidad de sufrir de depresión. La Tabla \ref{tab:Resultados} indica que una persona diagnosticada con alguna enfermedad cardiovascular tiene más del triple de probabilidades de sentirse deprimido.
Aunque no existe interpretación directa para el índice de salud en el Modelo 2 de la Tabla \ref{tab:Resultados}, este puede interpretarse como una variable proxy para los síntomas inflamatorios. El resultado implica que una persona que padece alguna o algunas de las enfermedades que podrían causar inflamación tiene más del doble de probabilidad de sufrir de depresión que una persona sana.

Modelo de probabilidad lineal

Como se ha mencionado, una de las complicaciones en el planteamiento de un modelo econométrico para la depresión en función de los síntomas inflamatorios es la posible existencia de un problema de endogeneidad. Esto se debe a la asociación bidireccional entre ambos padecimientos. De hecho, una prueba de Wu-Hausman revela que el índice de salud en el Modelo 2 de la Tabla \ref{tab:Resultados} es, efectivamente, endógeno, por lo que es necesario instrumentarlo. 
Sin embargo, a pesar de que existen técnicas para la estimación de modelos logit para muestras complejas con endogeneidad, su implementación empírica aún no está muy desarrollada. Por esta razón, en este estudio se realiza la estimación de los coeficientes de un modelo de probabilidad lineal, en el cual se incorpora al índice de factores heredo-familiares como instrumento del índice de salud. Este no solo cumple con las características deseables para un instrumento (altamente relacionado con la variable endógena, pero no directamente asociado con la variable dependiente), sino que además es un instrumento estadísticamente fuerte.
Los resultados de la estimación del modelo se muestran en la Tabla \ref{tab:ResultadosLPM}.